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La Intervención Nutricional Dirigida (TNI, por sus siglas en inglés) se basa únicamente en investigaciones publicadas y revisadas por pares. La lógica de que los genes responden a las sustancias naturales ha sido probada repetidamente. De hecho, el objetivo de la mayoría de los ensayos farmacéuticos es reducir la regulación, o la inhibición, de los genes sobreexpresados.  Es posible que este objetivo se pueda lograr de manera más segura (SAFER), menos costosa y con mayor efectividad a través de los alimentos y los nutrientes que contienen.

Generalmente, los productos farmacéuticos sólo se dirigen (only target)a un gen, neurotransmisor o vía a la vez. Hasta la fecha (to day), ningún medicamento ha sido estudiado con éxito en seres humanos, aunque varios parecían prometedores en ensayos con animales. Sin embargo, una serie de sustancias naturales han demostrado su eficacia en la lucha contra diversos aspectos del síndrome de Down. Para tratar eficazmente el Síndrome de Down se deben tratar muchos genes, neurotransmisores y proteínas. El síndrome de Down es un trastorno multifacético que implica numerosos trastornos neurológicos, físicos y metabólicos. Ninguna droga por sí sola será capaz de abordar todos o incluso la mayoría de estos problemas. Son demasiado diferentes y los productos farmacéuticos tienen un enfoque limitado. Esta es una de las razones por las que un enfoque nutricional puede ser más seguro y eficaz.

Nuestros genes fueron creados para interactuar con las proteínas que se encuentran en los alimentos. Las células humanas dependen de los nutrientes, incluyendo vitaminas, minerales, aminoácidos y polifenoles para funcionar adecuadamente. Un buen ejemplo es el folato. El ácido fólico está inactivo cuando se consume por primera vez. No es beneficioso para el cuerpo humano en absoluto sin la vitamina B12. La vida humana no puede existir sin folato. Aunque las bacterias en el intestino pueden sintetizar B12, no es suficiente. Debemos obtenerlo de nuestra dieta. (Visto 1.)

“La expresión génica está controlada por múltiples sistemas moleculares, que se vuelven más elaborados a medida que uno asciende en la cadena evolutiva. Los factores de transcripción son proteínas que se unen a secuencias específicas de ADN, trabajando de forma independiente o concertada. Además, la remodelación de la cromatina puede permitir o impedir que los aparatos transcripcionales naveguen a sus sitios de unión en el ADN”. (Visto 2.)

Toda esta compleja actividad ocurre veinticuatro horas al día en tres trillones de células humanas sin la necesidad de un solo medicamento solitario. Todo depende en última instancia de los nutrientes que se encuentran en los alimentos.Varios ensayos de medicamentos han fracasado recientemente en producir resultados deseables. ¿Por qué es eso? Creemos que la complejidad de la neurobioquímica del Síndrome de Down interfiere enormemente con una sola droga diana. La bioquímica alterada es como un dominó de pie en sus extremos. Tocas uno y el resto se cae. De manera similar, los genes adicionales que están codificados en la Región Crítica del Síndrome de Down del cromosoma 21 afectan a los genes y sus enzimas y proteínas en todo el genoma. Así como es imposible poner una ficha de dominó en su extremo en medio de una cascada y esperar que los que aún se derrumbaron se enderecen de repente, así también es altamente improbable que una sola droga diana pueda enderezar los múltiples genes que afectan al cerebro. Habría que desarrollar múltiples medicamentos, hasta varias docenas, y la viabilidad de esta terapia es remota. Sería difícil, si no imposible, contrarrestar los numerosos efectos secundarios que probablemente se producirán.

La combinación de alimentos o suplementos alimenticios que contienen vitaminas, aminoácidos, minerales y flavonoides, cada uno de los cuales ha sido seleccionado ya sea para atacar un gen específico o por su requerimiento específico para tratar la bioquímica única del síndrome de Down, puede beneficiar la salud global de las personas con síndrome de Down.

Estrategias basadas en neurotransmisores para el tratamiento de la disfunción cognitiva en el síndrome de Down (Revisión Cochrane traducida).

Das D1, Phillips C2, Hsieh W3, Sumanth K3, Dang V1, Salehi A4.

Información del autor

Resumen

El síndrome de Down (SD) es un trastorno multisistémico que afecta a los sistemas cardiovascular, respiratorio, gastrointestinal, neurológico, hematopoyético y musculoesquelético y se caracteriza por una discapacidad cognitiva significativa y un posible mecanismo patógeno común con la enfermedad de Alzheimer. Durante la última década, numerosos estudios han apoyado la noción de que la triplicación de genes específicos en el cromosoma 21 humano juega un papel significativo en la disfunción cognitiva del SD. Aquí se revisaron los estudios en modelos de ratones trisómicos y en humanos, incluidos niños y adultos con SD. Para identificar grupos de genes que contribuyen a la discapacidad cognitiva en el SD, se han generado múltiples modelos de SD con trisomía segmentaria en ratones. La sobreexpresión de estos genes particulares en el SD puede llevar a la disfunción de varios sistemas neurotransmisores. Las estrategias terapéuticas para el SD se han centrado en normalizar la expresión de genes triplicados con funciones importantes en el SD o en restaurar la función de estos sistemas. De hecho, nuestra extensa revisión de estudios sobre la patogénesis del SD sugiere que una estrategia plausible para el tratamiento de la disfunción cognitiva es dirigirse al sistema colinérgico, serotoninérgico, alérgico al GABA, glutamatérgico y norepinefrinérgico. Sin embargo, una estrategia fundamental para el tratamiento de la disfunción cognitiva en el SD incluiría reducir a niveles normales la expresión de genes triplicados específicos en los sistemas afectados antes del inicio de la neurodegeneración.

Palabras claves  Enfermedad de Alzheimer. Síndrome de Down, Formoterol, Locuscoenuleus: I-Dops